Octavo día de la Novena – Por las Familias
5 agosto, 2023Palabra de Dios
“Sean amables entre ustedes, compasivos, perdonándose
mutuamente como Dios los perdonó en Cristo”
(Efesios 4, 32).
Meditación
San Cayetano vivió en familia y después eligió vivir toda su vida en comunidad, quiso compartir su vida
con otros. Nosotros también tenemos una familia o un grupo de amigos. No podemos pensar sólo en nosotros mismos, tenemos que convivir, cuidar a otros, crecer en el amor mutuo. Fuimos creados por Dios para compartir la vida con los demás, y hasta nuestras fibras más íntimas fueron hechas para el encuentro con ellos.
Si nos aislamos, cómodos y resentidos, nos enfermamos y debilitamos por dentro. Cada acto de generosidad te vuelve más fuerte, cada acto de paciencia y de perdón te fortalece, cada vez que te acercas a alguien que te necesita, eso te prepara para recibir algún regalo de Dios. Por eso en esta novena pedimos también por nuestras familias.
El Señor te ha llamado a acompañar a otras personas, a cuidarlas, a darles alegría, a ayudarles a enfrentar su vida. Quizás no puedas compartir algunas cosas con tu cónyuge, con tu padre o con un hijo, porque no coincide con todas tus ideas y con todos tus sueños. Pero es importante que busques siempre algún interés en común. Uno convive con alguien que es diferente, y no se casa con alguien que es igual. Por eso el matrimonio es un gran ejercicio de adaptación. No sólo hay que tratar de comprender a esa persona sino de compartir toda la vida con ella. Si el Señor te llamó al matrimonio también te pide un esfuerzo permanente para mantener la paz familiar.
Vivimos en un mundo cruel: cuidémonos, contengámonos y curémonos unos a otros. Si sentís que tu ser
querido no te cuida lo suficiente, no debilites tu vocación de cuidarlo a él, de protegerlo, porque sos la persona más cercana que Dios ha puesto a su lado para contenerlo y ayudarlo. Si dedicás mucho tiempo a pensar en los errores del otro, es inevitable que tu amor se enferme y se debilite. Siempre encontrarás en él algún error. Entonces es mejor pedir la gracia del perdón profundo, que comprende, espera y te ayuda a mirarcon los ojos de Cristo. También pedí la gracia de sanar el amor, porque lo herimos de muchas maneras.
Que San Cayetano interceda por nuestras familias.
Oración
“Gracias Dios nuestro por nuestros seres queridos.
Mirá nuestras familias, para que en ellas haya unidad,
entendimiento, diálogo. Por la intercesión de San Cayetano
protegelas de todo mal. Ayudanos a seguir el
camino de la fraternidad y de la generosidad. Llenanos
Señor con tu amor, para que aprendamos a amar a los
demás a pesar de todo. Iluminanos para que sepamos
cómo ayudarlos. María, Madre del cielo, enseñanos a
vivir en familia. Amén”.