Siempre en el corazón del Santuario

Siempre en el corazón del Santuario

1 marzo, 2021 Desactivado Por Athos

Con una emotiva celebración, el padre Alejandro Vignale, párroco de San Cayetano y los sacerdotes Miguel Moreyra e Ignacio Bagattini se despidieron de la comunidad del Santuario, el domingo 28 de febrero.

Desde las 18, la familia grande de San Cayetano se dio cita en el campito del Santuario, bajo un estricto protocolo anti COVID para compartir la misa concelebrada que contó con la presencia de los padres Eduardo Tesone y Daniel Pellizón; y los seminaristas Alejandro Patriarca y Natanael Alberione.

Por su parte, la comunidad agradeció a los sacerdotes por su amorosa entrega al servicio de la comunidad y de los peregrinos.

Mientras que el padre Ignacio anunció que ese mismo día se mudaba a la Parroquia Cristo Obrero en el barrio Villa 31 para acompañar el importante trabajo social y pastoral que se realiza allí. Su presencia en Liniers fue marcada por la pandemia dado que llegó en el 2020 poco antes de que se dictara la cuarentena. De todos modos desarrolló un intensa labor en el comedor y en el Centro Barrial, siempre cerca de los más necesitados.

A su vez, el padre Miguel llevaba 3 años en esta comunidad y supo ganarse el afecto de las personas que frecuentan el Santuario. Su formación y experiencia como periodista le permitió ser un nexo fundamental con los medios siempre que fue necesario. Dijo que aún no tiene un destino fijo porque es persona de riesgo y espera recibir pronto la vacuna contra el virus corona.

Fiel a su estilo franco y natural y con esa capacidad de hacer simples las cosas más complejas, el padre Alejandro dijo: «Me voy de un San Cayetano al otro», y aclaró que si bien ésta es la casa principal del Santo, también hay otra. Se trasladará a la vicaría de Belgrano y vivirá en el Santuario de la calle Vidal. Luego de seis años al frente de esta comunidad, agradeció y se tomó el tiempo para saludar a cada una de las personas que se acercaron a su encuentro.

Ya en el final, el padre Alejandro saludó a todos diciendo: «nos vamos a otro lado, pero nos quedamos en el corazón del Santuario».